
Bichat llegó a Paris en 1793, donde empezó a asistir a la clínica quirúrgica que dirigía el gran cirujano Dessault. El joven, tímido, modesto e inteligente impresionó al gran cirujano, que lo acogió en su casa. Allí vivió Bichat hasta la muerte de Dessault en 1795.
Bichat abandonó entonces la cirugía para dedicarse a sus disciplinas favoritas: la anatomía, la fisiología y la patología. Su nombre quedó asociado a la hendidura cerebral. En 1800 fue admitido como médico del Ho'tel-Dieu, donde desarrolló una actividad frenética: en un solo invierno disecó cerca de 600 cadáveres sin abandonar la sala de autopsia día y noche. Poco después aparecieron los síntomas de la tuberculosis.
Murió en ese Hospital después de haber hecho una disección, cayó inconsciente por la escala, aparentemente se trataba de un compromiso meníngeo de la tuberculosis.

Bichat escribió:
Cuanto más examinamos los cuerpos, tanto más convencidos tenemos que estar de la necesidad de considerar la enfermedad local no del punto de vista de los órganos compuestos, que rara vez se afectan como un todo, sino del punto de vista de sus texturas diferentes, que casi siempre están afectadas separadamente.
Cuanto más examinamos los cuerpos, tanto más convencidos tenemos que estar de la necesidad de considerar la enfermedad local no del punto de vista de los órganos compuestos, que rara vez se afectan como un todo, sino del punto de vista de sus texturas diferentes, que casi siempre están afectadas separadamente.
Los métodos que empleó Bichat en sus investigaciones fueron la disección, el tratamiento con diversas substancias químicas y condiciones físicas. No se ayudó del microscopio. La explicación de esto hay que buscarla en su concepción filosófica.
Los empiristas ingleses remitían el origen de las ideas no sólo a la percepción externa, es decir, a la sensorial; admitían también que había ideas surgidas de la percepción interna, de sensaciones o impresiones, como las emociones, la alegría, la tristeza. Además, ideas surgidas de la reflexión y otros mecanismos de la mente. Este empirismo dio origen a la corriente del sensualismo fundada en Francia por Codillac, corriente según la cual el origen de todas las ideas estaba en la percepción sensorial.
Bichat era sensualista y en biología, vitalista. Como vitalista investigó sin traspasar el límite de lo biológico, sin necesidad de llegar a la química ni a la física. Como sensualista confió en sus sentidos y tomó por cierto lo que percibía por ellos. Desconfió, por lo tanto, del microscopio, porque, dijo, cuando se mira en la oscuridad, cada cual ve a su manera.
Bichar fue el precursor de la histología y de la patología general modernas.
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